Sólo un no-vidente podría barruntar la verdad. Narciso no conoció espejos ni reflejos. Narciso no podría haber sido egocéntrico. Narciso entonces lo supo. Narciso sucumbió ante la imagen. Prefirió ser hermoso y no hablar. Eligió ser Flor. Murió cuando se ahogó en el charco de su imagen líquida. Narciso no dice yo. Cuando lo dijo algo se perdió. Silencio sabio de los pétalos de Narciso ante el vacío de la Voz de Eco y sus reverberaciones. Ya quisiéramos ser Narciso tan Otro.
martes, 12 de octubre de 2010
Otralegoría
Oye tú, querido príncipe de castillos encantados, tengo que gritarle algo a los poros de tu estupidez. Encontraste el zapato de la doncella, ella se ha marchado. El zapato es la huella y el símbolo de un indicio. Pero el pie que culminaría tu empresa, la de hallar a la actriz que marcó su ausencia con ese objeto, es muy veloz o tal vez demasiado lento. Demasiado para ti. Muy poco también.
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1 comentario:
Había empezado el mensaje con más de varios pares de adjetivos (me encanta escribir adjetivos) pero los borré. Entraba por aqui despues de haberlo citado en mi propio espacio, y noto que ha estado ausente desde octubre. Deje de tener rehenes a las letras...nadie escribe sino para los demás, usted bien lo sabe.
Un afectuoso saludo.
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